
Nuestro compromiso de llevar al cliente la mejor solución del mercado en materia de calidad de datos nos embarca en procesos de mejora continua e innovación. Construir soluciones “fuera del cuadrado”, que aprovechen oportunidades no mapeadas, requiere de crear en los equipos una mentalidad donde la agilidad vaya de la mano de la ideación estratégica y la toma de decisiones.
Velocidad, flexibilidad, agilidad, innovación, son algunas de las consignas del ecosistema tecnológico actual, que reversiona continuamente sus productos y servicios, en pos de acompañar un mercado hiper dinámico y competitivo.Instalar una cultura de agilidad es un objetivo que nuestra Dirección, en conjunto con Recursos Humanos, entendió como estratégico para seguir nuestro camino de crecimiento.
Desde el lado de la gestión del talento, nos toca impulsar un modelo de liderazgo basado en la autonomía, que no sólo es una competencia clave para empoderar a cada colaborador con la libertad de tomar decisiones y avanzar en sus procesos, sino que, a la vez, es un eslabón sin el cual la agilidad no es posible.
Hay un componente innato en nuestra historia como empresa, que ha hecho que Merlin se mantenga vigente a lo largo de los 23 años liderando el market share en el segmento de Data Quality en Argentina. Si pensamos en qué nos llevó a ese crecimiento, seguramente mencionemos nuestra cultura organizacional como principal factor de éxito. La cultura de Merlin es una dimensión vital de la cual ya he hablado en varias oportunidades, pero a la que siempre vuelvo, porque sin dudas es nuestro motor esencial, y podemos decir que el mindset agile es entonces, el combustible que la moviliza.
En Merlin nos propusimos que la agilidad no sea un fin en sí mismo, ni una metodología de moda que pensamos adoptar porque esté presente en todas las organizaciones modernas. Entendemos que la agilidad es una forma de ser y hacer, que tenemos que trabajar a diario, y que nos permite alcanzar nuestras metas.
En el camino, aprendimos que aplicar prácticas, métodos o herramientas no es suficiente para el cambio que requiere la organización si realmente desea sumergirse en las aguas de la agilidad. Sabemos que tenemos que impulsar el trabajo colaborativo, compartir lecciones aprendidas, enseñar y replicar las practicas que han funcionado, para que la cultura de la agilidad crezca orgánicamente y, por sobre todo, que haya lugar a pensamientos y comportamientos diversos, para tener impactos con valor.
Nos enorgullece ver a nuestros Merliners impulsar procesos de mejora continua, pedir, recibir y ofrecer feedback, abrazar sin miedo la experimentación, donde fallar, aprender y mejorar rápido es algo natural, porque todo esto es parte de nuestra cultura de agilidad.
Generar un mindset agile es un verdadero desafío para Merlin, razón por la cual la compañía incorporó al equipo un Agile Coach que nos ayuda a permear en la organización esta forma de hacer y pensar.
Ser y hacer ágilmente
Hoy sabemos que promover el “hacer ágilmente” no es suficiente. Cuando solo nos enfocamos en la aplicación de prácticas o métodos podemos generar resistencia en los equipos, que nos restringen de obtener los mejores beneficios que nos puede dar la agilidad empresarial y el pensamiento ágil. Nuestro norte como empresa está en “ser genuinamente ágiles”, promoviendo actitudes como el respeto, la colaboración, la mejora continua, el orgullo de pertenencia, el foco en generar valor para el cliente y la habilidad de adaptarnos para reaccionar al cambio.
En este camino, venimos diseñando procesos tendientes a:
- Fomentar la capacidad para la resolución creativa de problemas
- Desarrollar adaptación al cambio
- Impulsar la agilidad para el aprendizaje
- Formar líderes ágiles, con capacidad de acción efectiva en medio de condiciones complejas que cambian rápidamente.
En Merlin queremos abrazar la agilidad, porque sabemos que nos ayuda a estar mejor preparados para enfrentar retos futuros y aprovechar las oportunidades que vendrán.

Sabrina Framarín
Gerente de Administración y Recursos Humanos